Carne y Leche en una misma mesa
2da. parte
Como vimos anteriormente, existe una prohibición
específica de consumir lácteos y cárnicos en una misma mesa. Esto,
indistintamente si es una persona la que está comiendo o son dos comensales,
pues siempre existe la posibilidad de que, por error se mezclen los alimentos y
se incurra en la grave prohibición de “basar vejalab” – carne y leche.
Sin embargo, dos personas conocidas entre sí e
incluso familiares pueden compartir una misma mesa en la que consumen uno carne
y el otro leche, a condición de que coloquen algún objeto o, por ej. una hogaza
de pan de la que no comen en medio de ellos para que sirva de atención de
manera que no se intercambien los alimentos. El objeto a colocar debe ser de
cierta altura y no un simple anillo, etc. pues un pan o un utensilio que no
poseen envergadura no cumplirán con la función de evitar que por error se
intercambie la comida.
Este objeto deben colocarlo incluso personas que
aún cuando se conocen entre sí no comen de otro plato que no sea el propio, de
todas formas deben colocar este ayuda memoria pues se trata de un halajá
instituida por los rabinos.
Esta solución, colocar un objeto en medio de los
comensales, aplica sólo si se trata de dos personas que comen uno carne y el
otro leche, sin embargo si una misma persona tiene frente suyo en su mesa
alimentos de carne y de leche, no servirá colocar un objeto como llamado de
atención pues estando sólo es probable que no se percate de la función del
objeto y no tiene que se lo recuerde, como en el caso de dos personas.
En caso de que otra persona se halle presente,
aún cuando no coma con él, podrá designarlo como “supervisor” para que llame su
atención en caso de que, inconscientemente extienda su mano para tomar del otro
alimento, en este caso prohibido. Por ello, aún cuando se coma sólo, si coloca
un objeto como llamado de atención y otra persona que se halla presente presta
atención para que no trasgreda, podrá comer en la mesa con cárnicos y lácteos.
No se puede confiar en un niño menor como
supervisor para que le recuerde en caso de error, pues no se puede apoyar en la
intervención de un niño. Lo mismo aplica en caso de compartir la mesa con un
menor que come carne y él come leche o viceversa, pues el menor no posee la
conciencia activa para llamar su atención ante un error inconsciente. Y aún
cuando opiniones que sí aceptan al menor como guardián, escribe el gran rabino
de Israel Rabí Itzjak Yosef, Shlit”a, que es preciso abstenerse. Por lo que
resulta que no existe solución para comer en una misma mesa carne y leche con
un menor, a menos que se utilicen dos mesas diferentes o se designe a un
tercero –mayor- que supervise la comida para evitar el error.