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jueves, 4 de agosto de 2016

Leyes de Kashrut: Su filosofía, su pensamiento y su accionar



Leyes de Kashrut
Su filosofía, su pensamiento y su accionar

Existen aquellos que afirman que el judaísmo es principalmente una “religión de cocina”, ¡enfocada en la comida! “¿Es de leche o de carne? ¿Kasher para Pesaj o no?”. Muchas personas tiene dificultad con las “leyes de Kashrut” en general: “¿Qué diferencia hace para D-os lo que yo ponga en mi estómago?”.
Pregunta: ¿Por qué los judíos no comen cerdo? ¿Qué tienen de malo los cerdos?
Pregunta sobre la pregunta: ¿Acaso podemos entender realmente la esencia de D-os, de los humanos e incluso de un cerdo? Sin entender su esencia, ¡no podemos entender como cierto acto de comer puede crear un obstáculo entre un judío y su Creador!
La prohibición de comer cerdo no es una ley lógica. Sino que está basada en la creencia judía básica de que toda la materia física está conectada a raíces espirituales. Cuando vemos los diez mandamientos como una prescripción del doctor, ellos adquieren un significado diferente. “¡Tú eres lo que comes!”. Nuestros hábitos alimenticios juegan un rol central en nuestras vidas y pueden influenciar nuestras personalidades de múltiples maneras. Esto es cierto tanto en el sentido médico como emocional y en otros sentidos que pueden despertarse o atenuarse por nuestra dieta.
Si D-os prohíbe ciertos animales, debe ser que el estilo de vida particular de ese animal (sucio, carnívoro, carroñero) no es el modelo que D-os quiere que emulemos. D-os quiere que nos veamos a nosotros mismos como algo más que “animales sofisticados” que limosnean su comida. Animales inofensivos como por ejemplo la gallina y la vaca son los animales Kasher.
El Rabino S.R. Hirsch escribe en “Horeb” que así cómo el Templo en Jerusalem se profanaba con impureza, así también nuestro propio “templo interior” se profana con comidas impuras. La comida puede alimentarnos y nutrirnos, pero el instinto animal se despierta cada vez más. Al cuerpo se le entorpece ser un instrumento del espíritu y se acerca más al animal. Tu espíritu se enfrenta a una feroz batalla y está menos equipado para pelear.
Tal como el cuerpo rechaza naturalmente la materia que considera ajena y no adecuada para el consumo humano, ¡así también tú debes rechazar lo que te impide cumplir tu santa misión como judío! Es claro que el espíritu divino en el hombre está conectado con el cuerpo. Los instintos pueden ser despertados o controlados por la gratificación del cuerpo. La claridad mental puede deteriorarse o sacrificarse, tal como los animales son agresivos o mansos, de acuerdo a la comida que consumen.
Todo esto es cierto incluso si uno no entiende la razón metafísica detrás de las leyes. ¿Acaso podemos entender las leyes de D-os? ¿Acaso conocemos la naturaleza íntima de todas las criaturas – o incluso nuestra propia naturaleza? D-os sabe todo esto y conoce tu lugar exacto en el esquema de la creación. Por eso, el Rabino Hirsch implora, sigue con las instrucciones de D-os ¡porque Él requiere que seas santo!
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Evidencia de la Divinidad de la Torá

Por supuesto que el hecho de seguir las órdenes de D-os está altamente basado en la creencia en D-os y en la aceptación de la idea que Él entregó la Torá.
Una de las huellas más concretas de que D-os entregó la Torá se halla en las leyes de Kashrut. Para que un animal sea Kasher debe tener dos signos de identificación: (1) debe tener pezuña partida y (2) debe ser rumiante (regurgitar su comida parcialmente digerida en el estómago).
Una vez que la Torá nos informa esto, es una deducción lógica que si un animal tiene sólo una de las anteriores, entonces no es Kasher. Sin embargo, la Torá se desvía de su camino para informarnos que sólo existe un animal que tiene pezuña partida y no es rumiante – el cerdo.
La Torá nos informa que este es el único animal en el mundo con pezuña partida que no es rumiante. Esto significa que si te encuentras un animal que nunca has visto antes y ves que tiene la pezuña partida (y sin embargo no tienes forma de saber si es rumiante o no), entonces puedes comerlo con una condición: ¡que estés seguro que no es un cerdo! ¿Por qué? ¡Porque la Torá testifica que no hay otro animal en el planeta Tierra que tenga pezuña partida y que no sea rumiante excepto el cerdo!
Esto plantea una pregunta muy interesante. ¿Cómo podría un ser humano, en la época en la que la Torá fue escrita, saber esto? Los zoólogos de hoy en día han identificado más de 5.000 diferentes especies de mamíferos. Y sólo uno, el cerdo, tiene la pezuña partida y no es rumiante. ¿Acaso Moshe conocía todos los mamíferos de todas partes del mundo? ¡Por supuesto que no! Sólo D-os podía saber eso y sólo D-os podía hacer esa afirmación en la Torá, escrita miles de años atrás.
En el apogeo de la crítica bíblica, mandaron una expedición a Australia para encontrar otras especies y desaprobar la biblia. Después de observar al canguro, al oso koala y al ornitorrinco, los investigadores seguían sin poder encontrar un animal de pezuña partida que no fuera rumiante.
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Peces, Aves e Insectos

Los signos de identificación de un pez Kasher son “aletas” y “escamas”. El judaísmo prueba la naturaleza divina de la ley oral al señalar que la Mishná (escrita hace 2000 años) afirma categóricamente que “todos los peces que tienen escamas tienen aletas” – y no a la inversa.

¿Cómo es posible que los Sabios supieran esto?

Hace 200 años aproximadamente en Francia, se descubrió una nueva especie de pez y no podían decidir si era venenoso o no. Luego un rabino vio que tenía aletas y escamas y se ofreció a comerlo – ¡basándose en la ley de la Torá que dice que cualquier pez con estos dos signos se puede comer!
Aves: La Torá enumera los nombres de todas las aves no Kasher, sin dar ningún signo de identificación. Dado que no conocemos el significado exacto de todos los nombres, sólo comemos aquellas aves que tiene tradición de ser Kasher. La mayoría de las aves prohibidas - buitres, cuervos, halcones, águilas – son aves de rapiña.
Los insectos están prohibidos varias veces en la Torá, lo que significa que las frutas y vegetales deben ser revisados para descartar que tengan insectos, si es que existe una probabilidad de que haya (por ejemplo, en la lechuga).
La Torá permite una especie de langosta, pero la tradición se perdió por lo que nosotros no comemos langosta. Sin embargo, algunos judíos yemenitas, ¡afirman tener una tradición de cuál langosta es Kasher!
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La Matanza del Animal

La Torá enseña que antes de comer cualquier animal, éste debe ser matado de una forma “Kasher”. Se utiliza un cuchillo filoso como una navaja para cortar a través de la mayoría de la tráquea y el esófago (tubos de aire y comida). La hoja debe ser lisa sin mella y se debe cortar con presión constante sobre la hoja. La sangre sale rápidamente y el animal no siente dolor.
Si sólo se corta la mitad de los tubos, la matanza no es válida. ¡La diferencia entre Kasher y no Kasher es el pequeño balance entre 50 y 51 porciento!
Comer Kasher nos conecta con D-os incluso al realizar actos mundanos y físicos. La meta es santificar lo físico para D-os.